lunes, 30 de enero de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
miércoles, 18 de enero de 2012
Demonios Fanáticos
El fanatismo es un demonio que vive dentro de las personas. Da un poder inimaginable a cambio de que la persona pierda el control sobre sí misma, destruyendo la razón. Para ello, la razón lo encierra a cal y canto para no ser destruida, renunciando a ese poder.
Se puede dejar salir al fanatismo, pero uno dejará de ser persona. Se puede recluir para siempre, pero uno nunca alcanzará el poder. Poder y control a la vez son cosas que están reservadas para gente más lista que el diablo y más fuerte que un santo.
Quien sea un fanático razonable dominará el mundo.
Se puede dejar salir al fanatismo, pero uno dejará de ser persona. Se puede recluir para siempre, pero uno nunca alcanzará el poder. Poder y control a la vez son cosas que están reservadas para gente más lista que el diablo y más fuerte que un santo.
Quien sea un fanático razonable dominará el mundo.
martes, 17 de enero de 2012
Tecnología y Cultura
Si bien es cierto que nos esperan tiempos oscuros e interesantes, siempre hay que tener presente que la civilización occidental ya cayó en su día. ¿Pero cayó realmente o sufrió un cambio? En el colegio se enseña que la Edad Media era una época de oscurantismo, superstición e ignorancia, que un clero avaro dominaba junto a los señores de la guerra a una población rural a la que prohibían leer y escribir. Y aunque así fuese, los monasterios conservaron el saber y los señores de la guerra la tecnología, por simplificarlo un poco.
Aunque la belleza y la prosperidad de la antigua Roma se perdió junto a su cultura, la tecnología no desapareció. Desapareció el dinero para construir alcantarillas y estatuas de mármol, templos y toda clase de ornamentos que mostraban la grandeza de Roma a los historiadores del arte. Lo que seguro que no desapareció fue el conocimiento armamentístico. Aun estando Europa sumida en el oscurantismo total, la tecnología armamentística era la más avanzada del planeta. Las calzadas romanas se seguían conservando y el concepto de armadura, formación, ejército, leva, impuesto y demás características de la era feudal no parecían ser más que la evolución de la economía antigua romana. Los propios vikingos propiciaron el desarrollo de las armaduras, y aun cuando dejaron de ser una amenaza saqueadora, las cruzadas mejoraron el diseño de los famosos trajes de metal.
A lo que quiero referirme es a que aunque las culturas vienen y van, la tecnología no decae. Desde un punto de vista general y acumulativo, pues el cambio cultural lo que hace es desviar los recursos hacia ciertas tecnologías.
Si en un futuro no muy lejano reaparece el fascismo y las dictaduras (no de personas, sino de mercados, que son grupos de personas ricas, nótese la diferencia) no perderemos nuestros ordenadores ni teléfonos móviles. Ni siquiera Internet. Solo veremos todo eso cambiar, destinarse hacia otros usos, para el control en vez de la libre comunicación, de pago en vez de gratuito. Pero seguiremos viendo un aumento en el número de núcleos en nuestros ordenadores, coches cada vez más eficientes en el consumo de gasolina, fábricas cada vez más rápidas. La tecnología no se perderá, solo la cultura, que será sustituida.
Si ese futuro llega, estaremos más avanzados tecnológicamente, pero mucho más cambiados (que no atrasados o avanzados) humanamente.
Aunque la belleza y la prosperidad de la antigua Roma se perdió junto a su cultura, la tecnología no desapareció. Desapareció el dinero para construir alcantarillas y estatuas de mármol, templos y toda clase de ornamentos que mostraban la grandeza de Roma a los historiadores del arte. Lo que seguro que no desapareció fue el conocimiento armamentístico. Aun estando Europa sumida en el oscurantismo total, la tecnología armamentística era la más avanzada del planeta. Las calzadas romanas se seguían conservando y el concepto de armadura, formación, ejército, leva, impuesto y demás características de la era feudal no parecían ser más que la evolución de la economía antigua romana. Los propios vikingos propiciaron el desarrollo de las armaduras, y aun cuando dejaron de ser una amenaza saqueadora, las cruzadas mejoraron el diseño de los famosos trajes de metal.
A lo que quiero referirme es a que aunque las culturas vienen y van, la tecnología no decae. Desde un punto de vista general y acumulativo, pues el cambio cultural lo que hace es desviar los recursos hacia ciertas tecnologías.
Si en un futuro no muy lejano reaparece el fascismo y las dictaduras (no de personas, sino de mercados, que son grupos de personas ricas, nótese la diferencia) no perderemos nuestros ordenadores ni teléfonos móviles. Ni siquiera Internet. Solo veremos todo eso cambiar, destinarse hacia otros usos, para el control en vez de la libre comunicación, de pago en vez de gratuito. Pero seguiremos viendo un aumento en el número de núcleos en nuestros ordenadores, coches cada vez más eficientes en el consumo de gasolina, fábricas cada vez más rápidas. La tecnología no se perderá, solo la cultura, que será sustituida.
Si ese futuro llega, estaremos más avanzados tecnológicamente, pero mucho más cambiados (que no atrasados o avanzados) humanamente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)