Vendemos ironía.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Perspectivas

Cuando uno deja de ser un estudiante muerto de hambre y pasa a ser un trabajador, el horizonte de esperanzas se amplía tanto que uno se marea y no sabe en qué gastar el dinero. A veces el mareo es tan grande que ese dinero no se gasta y uno llega a comprender en qué consiste concretamente el sistema fiduciario: la fe humana usada de un modo perverso.

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