Un usuario hizo esta pregunta en un foro, abriendo un tema de debate sobre esta cuestión. Yo contesté lo siguiente:
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Violación de la 2º ley de la termodinámica.
Como seres sapientes, estamos obsesionados con la eternidad. El hecho de reconocerse a uno mismo como ser consciente en un universo donde toda la vida empieza y acaba nos hace pensar en soluciones a la mortalidad. Obviamente no todos son capaces de ello, o ya habríamos colonizado el universo hace miles de años.
El caso es que tenemos una tendencia a violar la 2º ley de la termodinámica por medio de la reproducción. Sí, pasamos nuestro ADN para que la cadena de vida no se interrumpa (es ininterrumpida desde la 1º bacteria en la Tierra, todos descendemos de ella). Pero, ¿y nuestros pensamientos, sueños e ideas?
Desde que tenemos consciencia de que somos algo pensante, hemos querido expresarnos con el "aquí he estado yo". ¿Quienes somos? ¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos?
Yo soy yo. Estoy aquí. Moriré, pero al menos te lo doy a saber con este mensaje en la piedra. Sí, desde las pinturas rupetres hasta Internet.
Es una forma de reproducir nuestras ideas, puesto que por la vía biológica es imposible. Podemos transmitir conocimiento y cultura a nuestra descendencia, buscando que ellos la transmitan a la suya. Pero aun así es muy poca información. La escritura ayudó mucho, sobretodo como transmisión de mensajes dentro de la sociedad (cuántas cabras hay en los rebaños del señor de la ciudad, cuándo hay que sembrar, cuántos soldados hay, etc). Poco a poco, conforme pudimos, nos hicimos oír de diferentes formas, básicamente con los mismos mensajes: "aquí he estado yo", solo que en papel o en soporte informático como es hoy en día.
Es una forma de transmitir lo que tenemos en nuestras cabezas, que somos conscientes de nosotros mismos y buscamos decírselo al resto, porque otro miedo en la raza humana es el de la soledad. Sin sociedad no somos humanos, así que es normal buscar gente afín a nosotros, que sea capaz de entender nuestras ideas, que pueda reconocernos con "eh, te veo, no estás solo". Reconocernos a nosotros mismo mediante el reconocimiento ajeno.
Por eso escribimos, por eso pintamos, esculpimos, filmamos, componemos y hablamos. Porque nos hace sentir mejor, porque respondemos a un impulso que nos obliga a reproducirnos, no del modo biológico, sino del modo racional/mental/consciente. Divulgamos ideas y pensamientos y las recibimos de todos lados, aceptándolas y volviendo a reproducirlas. Datos, datos y más datos. Violan la 2º ley de la termodinámica mejor que la vida propia. La información no tiene precio, porque con la suficiente se puede construir un universo nuevo, evitando la muerte por entropía.
Y como seres humanos con recursos limitados, escribimos nuestras fantasías, porque nuestro cerebro es un generador de ideas. Produce más información de la que recibe. Eso es como si una bombilla de 220V brillase a toda potencia con una pila AA alimentándola. No tiene sentido físico, pero ahí está, una fábrica interminable de mensajes buscando perdurar en la eternidad, luchando contra la entropía, llenando el vacío a partir de vacío.
Y eso, amigos míos, solo lo hace el cerebro humano.
domingo, 16 de enero de 2011
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