Dicen que cualquier parte del universo los peces grandes se comen a los peces pequeños. Hoy he podido comprobar este curioso fenómeno cuando una sábana ha decidido engullir a todos los calcetines, demás ropa interior y el cacito de Ariel. Logré sacar un monstruo de sábana y en su interior hallé toda la ropa perdida. La bestia estaba rellena de rompa limpia esperando a ser secada. Con un ágil movimiento, le di la vuelta y el leviatán escupió su comida rindiéndose ante mi poder.
Porque al fin y al cabo, yo soy más grande que la sábana.
domingo, 12 de diciembre de 2010
martes, 30 de noviembre de 2010
Neutralidad de la Red
Me adhiero al Manifiesto de la Neutralidad de la Red. Es importante que las comunicaciones humanas no se acoten de ninguna manera, pues si no solo sería una vuelta al feudalismo. Cuanto más cuesta transmitir la información, menos de ésta circula por el mundo, y a menos información, más ignorancia. La ignorancia, junto a la hipocresía, son los pecados de la era moderna. La información es la única redención.
-----------
Los ciudadanos y las empresas usuarias de Internet adheridas a este texto manifestamos:
1. Que Internet es una Red Neutral por diseño, desde su creación hasta su actual implementación, en la que la información fluye de manera libre, sin discriminación alguna en función de origen, destino, protocolo o contenido.
2. Que las empresas, emprendedores y usuarios de Internet han podido crear servicios y productos en esa Red Neutral sin necesidad de autorizaciones ni acuerdos previos, dando lugar a una barrera de entrada prácticamente inexistente que ha permitido la explosión creativa, de innovación y de servicios que define el estado de la red actual.
3. Que todos los usuarios, emprendedores y empresas de Internet han podido definir y ofrecer sus servicios en condiciones de igualdad llevando el concepto de la libre competencia hasta extremos nunca antes conocidos.
4. Que Internet es el vehículo de libre expresión, libre información y desarrollo social más importante con el que cuentan ciudadanos y empresas. Su naturaleza no debe ser puesta en riesgo bajo ningún concepto.
5. Que para posibilitar esa Red Neutral las operadoras deben transportar paquetes de datos de manera neutral sin erigirse en “aduaneros” del tráfico y sin favorecer o perjudicar a unos contenidos por encima de otros.
6. Que la gestión del tráfico en situaciones puntuales y excepcionales de saturación de las redes debe acometerse de forma transparente, de acuerdo a criterios homogéneos de interés público y no discriminatorios ni comerciales.
7. Que dicha restricción excepcional del tráfico por parte de las operadoras no puede convertirse en una alternativa sostenida a la inversión en redes.
8. Que dicha Red Neutral se ve amenazada por operadoras interesadas en llegar a acuerdos comerciales por los que se privilegie o degrade el contenido según su relación comercial con la operadora.
9. Que algunos operadores del mercado quieren “redefinir” la Red Neutral para manejarla de acuerdo con sus intereses, y esa pretensión debe ser evitada; la definición de las reglas fundamentales del funcionamiento de Internet debe basarse en el interés de quienes la usan, no de quienes la proveen.
10. Que la respuesta ante esta amenaza para la red no puede ser la inacción: no hacer nada equivale a permitir que intereses privados puedan de facto llevar a cabo prácticas que afectan a las libertades fundamentales de los ciudadanos y la capacidad de las empresas para competir en igualdad de condiciones.
11. Que es preciso y urgente instar al Gobierno a proteger de manera clara e inequívoca la Red Neutral, con el fin de proteger el valor de Internet de cara al desarrollo de una economía más productiva, moderna, eficiente y libre de injerencias e intromisiones indebidas. Para ello es preciso que cualquier moción que se apruebe vincule de manera indisoluble la definición de Red Neutral en el contenido de la futura ley que se promueve, y no condicione su aplicación a cuestiones que poco tienen que ver con ésta.
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Los ciudadanos y las empresas usuarias de Internet adheridas a este texto manifestamos:
1. Que Internet es una Red Neutral por diseño, desde su creación hasta su actual implementación, en la que la información fluye de manera libre, sin discriminación alguna en función de origen, destino, protocolo o contenido.
2. Que las empresas, emprendedores y usuarios de Internet han podido crear servicios y productos en esa Red Neutral sin necesidad de autorizaciones ni acuerdos previos, dando lugar a una barrera de entrada prácticamente inexistente que ha permitido la explosión creativa, de innovación y de servicios que define el estado de la red actual.
3. Que todos los usuarios, emprendedores y empresas de Internet han podido definir y ofrecer sus servicios en condiciones de igualdad llevando el concepto de la libre competencia hasta extremos nunca antes conocidos.
4. Que Internet es el vehículo de libre expresión, libre información y desarrollo social más importante con el que cuentan ciudadanos y empresas. Su naturaleza no debe ser puesta en riesgo bajo ningún concepto.
5. Que para posibilitar esa Red Neutral las operadoras deben transportar paquetes de datos de manera neutral sin erigirse en “aduaneros” del tráfico y sin favorecer o perjudicar a unos contenidos por encima de otros.
6. Que la gestión del tráfico en situaciones puntuales y excepcionales de saturación de las redes debe acometerse de forma transparente, de acuerdo a criterios homogéneos de interés público y no discriminatorios ni comerciales.
7. Que dicha restricción excepcional del tráfico por parte de las operadoras no puede convertirse en una alternativa sostenida a la inversión en redes.
8. Que dicha Red Neutral se ve amenazada por operadoras interesadas en llegar a acuerdos comerciales por los que se privilegie o degrade el contenido según su relación comercial con la operadora.
9. Que algunos operadores del mercado quieren “redefinir” la Red Neutral para manejarla de acuerdo con sus intereses, y esa pretensión debe ser evitada; la definición de las reglas fundamentales del funcionamiento de Internet debe basarse en el interés de quienes la usan, no de quienes la proveen.
10. Que la respuesta ante esta amenaza para la red no puede ser la inacción: no hacer nada equivale a permitir que intereses privados puedan de facto llevar a cabo prácticas que afectan a las libertades fundamentales de los ciudadanos y la capacidad de las empresas para competir en igualdad de condiciones.
11. Que es preciso y urgente instar al Gobierno a proteger de manera clara e inequívoca la Red Neutral, con el fin de proteger el valor de Internet de cara al desarrollo de una economía más productiva, moderna, eficiente y libre de injerencias e intromisiones indebidas. Para ello es preciso que cualquier moción que se apruebe vincule de manera indisoluble la definición de Red Neutral en el contenido de la futura ley que se promueve, y no condicione su aplicación a cuestiones que poco tienen que ver con ésta.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Encrucijada
A la gente corriente no le gusta que la llamen idiota, corta de miras, estúpida, falta de entendimiento, escasa en materia gris y cosas así, a pesar de que sea verdad. Les hace sentir mal.
A mi no me gusta hacer sentir mal a la gente.
Por otro lado, yo soy sincero y procuro no mentir, y es entonces cuando me encuentro ante un serio dilema.
A mi no me gusta hacer sentir mal a la gente.
Por otro lado, yo soy sincero y procuro no mentir, y es entonces cuando me encuentro ante un serio dilema.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Tres Enfados (2º parte)
El segundo eje de mi razonamiento recae en que el sistema es senil, en que hay cosas que ya no es capaz de abarcar. Todos tenemos algún familiar que es nulo para la tecnología, que tardan en contestar una llamada al móvil porque no son capaces de interpretar que un auricular de teléfono de color verde significa descolgar para hablar y un auricular rojo significa colgar. Es endemoniadamente instintivo, y si dicen que es demasiado complicado al principio yo no le creeré. Paren a pensarlo un momento antes de criticarlo: ¿acaso compañías multinacionales que desean que todo individuo tenga un teléfono móvil lo haría con una interfaz exclusiva para el entendimiento de los astronautas? ¿En serio? Bien, ahí está su respuesta.
¿A qué quiero llegar con esto? A que esta es la clase de cosas que no enseñan en la escuela, a pensar por uno mismo. Muchos dicen que las nuevas generaciones nacen sabiendo usar todos los aparatos electrónicos. Ni en broma sabemos, pero lo deducimos. El mundo está hecho para idiotas, hay señales e instrucciones por todas partes. Inserte monedas de 1 o 2 euros. Velocidad máxima 120 km/h. Pare, atención, avance. Endedido/apagado. ¿Acaso no son instrucciones? Lo único que hay que hacer es leerlas, y si no se entienden, no dejarlo por imposible. La tecnología está hecha por personas para las personas. Y quien diga lo contrario, miente. Quien no quiere entenderlo, no merece ser denominado ser humano, porque el entendimiento es una de las mejores cualidades que tenemos, y quien no entiende las cosas, sino que simplemente las traga sin masticar y repite como un loro no ha de ser calificado persona.
El sistema en el que vivimos no está gobernado por personas. Está gobernado por loros. La tecnología cambia, la usan las personas que deben y que van aprendiendo, ese proceso que nunca acaba, que nunca debería de acabar. Tenemos que llenarnos la cabeza de procesos, no de burdos datos. Saber para qué sirve determinada fórmula y por qué se creó se aprende mil veces mejor que memorizar que 2x5=10.
Somos víctimas de los hombres que no saben aprender, de todos aquellos que son incapaces de ejercer de humanos y buscan que los demás tampoco seamos capaces de ello.
La tecnología está para mejorar la calidad de vida. Tenemos una biblioteca entera llamada Internet, además de las bibliotecas clásicas repartidas por todo el mundo que contienen el bien más preciado de todos: la información. Contienen el poder, la capacidad de moldear el universo a nuestro antojo, de darle forma a nuestros sueños.
Porque somos humanos y soñamos, porque somos humanos y realizamos.
El sistema, regido por gerontosaurios intelectuales, lleva años de retraso con respecto a la realidad. Las leyes no se acomodan a lo que la gente realiza con la información, la abundancia de ésta la deprecia, aunque su valor total continúa siendo infinito. Tenemos máquinas e infraestructuras que nos permiten conocerlo todo, saberlo todo. Podemos aprender desde cómo atarnos una corbata hasta cómo hacer chorizo artesanalmente pasando por cómo construir nuestro propio coche teledirigido. TODO está en Internet, y por alguna razón eso no se usa.
Si tuviese el tiempo necesario, cogería libros de hidráulica, electrónica, matemáticas, informática y biología para crear un trabajador que haga mi trabajo por mi. Yo no quiero ir todos los días a cargar cajas en el almacén, no quiero levantarme a las 6 de la mañana para pillar el primer tren abarrotado de gente dirección la oficina, donde un jefe iliterato nos manda masticarle la información porque los del departamento de marketing no saben interpretar datos, solo círculos de colores sobre un diagrama de árbol. Esa es la clase de cosas que mata el intelecto del ser humano. Puede que los nazis perdiesen en el '45, pero os aseguro que el fascismo ha triunfado mundialmente.
¿Qué pasaría si crease una máquina que hiciese mi trabajo, o mejor, el de todos? Pasaría lo mismo que cuando un hombre decidió usar una máquina que servía para drenar agua de las minas como motor y moverse sin el esfuerzo de sus piernas, o un hombre cogió una roca para cortar algo en vez de usar sus uñas.
Maldita sea, yo solo quiero dedicar el tiempo de MI vida a MI persona, no a satisfacer el bolsillo de gerontosaurios incapaces de entender el sentido del aprendizaje. Y si lo entienden todo a la perfección y continúan corrompiendo el entendimiento humano, le aseguro que esa gente son demonios que no merecen otra cosa que fuego en grandes cantidades.
Ese es el problema. Necesito tiempo y un dinero para mantenerme vivo, para conseguir materiales, para llevar a cabo una revolución histórica. ¿Y qué pasa cuando uno de esos saurios descubre que si logro mis objetivos él no pintaría nada en todo esto? Pues que esos animales tienen un instinto de la supervivencia bien agudo y que cortarían el grifo de suministros, asegurándose su longevidad y la del sistema.
He utilizado una metáfora de un robot trabajador (lo cual no descarto para cuando me haya jubilado), pero ¿qué pasa con Internet, con las nuevas tecnologías en general? Los casos más sonados son los del ACTA o la SGAE contra lo que denominan piratería. ¿Qué pasa si no tenemos 21 euros por un disco de pésima calidad? ¿Acaso no han pensado en que también tenemos necesidades y que buscaremos el modo más barato de satisfacerlas? Y arremeten contra Internet, contra todopoderoso Google (alabado sea su nombre), tienen a Telefónica a punto de cortar las tarifas planas porque quieren más beneficios, porque quieren seguir vivos. Son animales, eso es lo que son, animales viejos que usan la fuerza sin entender cómo han llegado a tenerla. Para qué. Solo son animales que buscan sobrevivir.
Esa es la senitud del sistema actual, la incapacidad de absorber el cambio, de abrir la mente, porque directamente no la tienen. Con eso hay que acabar. Tenemos la información en la palma de la mano, pero carecemos del dinero y del tiempo necesario para realizar nuestros sueños, porque somos esclavos del sistema, y hasta que no lo destrocemos y lo creemos desde cero con el aprendizaje, el entendimiento y el sentido común por bandera, de poco me sirve mi Liberté, Egalité y Fraternité, si al final sudo sangre por llegar a fin de mes y no puedo elegir lo que deseo ver en la televisión.
Continuará...
¿A qué quiero llegar con esto? A que esta es la clase de cosas que no enseñan en la escuela, a pensar por uno mismo. Muchos dicen que las nuevas generaciones nacen sabiendo usar todos los aparatos electrónicos. Ni en broma sabemos, pero lo deducimos. El mundo está hecho para idiotas, hay señales e instrucciones por todas partes. Inserte monedas de 1 o 2 euros. Velocidad máxima 120 km/h. Pare, atención, avance. Endedido/apagado. ¿Acaso no son instrucciones? Lo único que hay que hacer es leerlas, y si no se entienden, no dejarlo por imposible. La tecnología está hecha por personas para las personas. Y quien diga lo contrario, miente. Quien no quiere entenderlo, no merece ser denominado ser humano, porque el entendimiento es una de las mejores cualidades que tenemos, y quien no entiende las cosas, sino que simplemente las traga sin masticar y repite como un loro no ha de ser calificado persona.
El sistema en el que vivimos no está gobernado por personas. Está gobernado por loros. La tecnología cambia, la usan las personas que deben y que van aprendiendo, ese proceso que nunca acaba, que nunca debería de acabar. Tenemos que llenarnos la cabeza de procesos, no de burdos datos. Saber para qué sirve determinada fórmula y por qué se creó se aprende mil veces mejor que memorizar que 2x5=10.
Somos víctimas de los hombres que no saben aprender, de todos aquellos que son incapaces de ejercer de humanos y buscan que los demás tampoco seamos capaces de ello.
La tecnología está para mejorar la calidad de vida. Tenemos una biblioteca entera llamada Internet, además de las bibliotecas clásicas repartidas por todo el mundo que contienen el bien más preciado de todos: la información. Contienen el poder, la capacidad de moldear el universo a nuestro antojo, de darle forma a nuestros sueños.
Porque somos humanos y soñamos, porque somos humanos y realizamos.
El sistema, regido por gerontosaurios intelectuales, lleva años de retraso con respecto a la realidad. Las leyes no se acomodan a lo que la gente realiza con la información, la abundancia de ésta la deprecia, aunque su valor total continúa siendo infinito. Tenemos máquinas e infraestructuras que nos permiten conocerlo todo, saberlo todo. Podemos aprender desde cómo atarnos una corbata hasta cómo hacer chorizo artesanalmente pasando por cómo construir nuestro propio coche teledirigido. TODO está en Internet, y por alguna razón eso no se usa.
Si tuviese el tiempo necesario, cogería libros de hidráulica, electrónica, matemáticas, informática y biología para crear un trabajador que haga mi trabajo por mi. Yo no quiero ir todos los días a cargar cajas en el almacén, no quiero levantarme a las 6 de la mañana para pillar el primer tren abarrotado de gente dirección la oficina, donde un jefe iliterato nos manda masticarle la información porque los del departamento de marketing no saben interpretar datos, solo círculos de colores sobre un diagrama de árbol. Esa es la clase de cosas que mata el intelecto del ser humano. Puede que los nazis perdiesen en el '45, pero os aseguro que el fascismo ha triunfado mundialmente.
¿Qué pasaría si crease una máquina que hiciese mi trabajo, o mejor, el de todos? Pasaría lo mismo que cuando un hombre decidió usar una máquina que servía para drenar agua de las minas como motor y moverse sin el esfuerzo de sus piernas, o un hombre cogió una roca para cortar algo en vez de usar sus uñas.
Maldita sea, yo solo quiero dedicar el tiempo de MI vida a MI persona, no a satisfacer el bolsillo de gerontosaurios incapaces de entender el sentido del aprendizaje. Y si lo entienden todo a la perfección y continúan corrompiendo el entendimiento humano, le aseguro que esa gente son demonios que no merecen otra cosa que fuego en grandes cantidades.
Ese es el problema. Necesito tiempo y un dinero para mantenerme vivo, para conseguir materiales, para llevar a cabo una revolución histórica. ¿Y qué pasa cuando uno de esos saurios descubre que si logro mis objetivos él no pintaría nada en todo esto? Pues que esos animales tienen un instinto de la supervivencia bien agudo y que cortarían el grifo de suministros, asegurándose su longevidad y la del sistema.
He utilizado una metáfora de un robot trabajador (lo cual no descarto para cuando me haya jubilado), pero ¿qué pasa con Internet, con las nuevas tecnologías en general? Los casos más sonados son los del ACTA o la SGAE contra lo que denominan piratería. ¿Qué pasa si no tenemos 21 euros por un disco de pésima calidad? ¿Acaso no han pensado en que también tenemos necesidades y que buscaremos el modo más barato de satisfacerlas? Y arremeten contra Internet, contra todopoderoso Google (alabado sea su nombre), tienen a Telefónica a punto de cortar las tarifas planas porque quieren más beneficios, porque quieren seguir vivos. Son animales, eso es lo que son, animales viejos que usan la fuerza sin entender cómo han llegado a tenerla. Para qué. Solo son animales que buscan sobrevivir.
Esa es la senitud del sistema actual, la incapacidad de absorber el cambio, de abrir la mente, porque directamente no la tienen. Con eso hay que acabar. Tenemos la información en la palma de la mano, pero carecemos del dinero y del tiempo necesario para realizar nuestros sueños, porque somos esclavos del sistema, y hasta que no lo destrocemos y lo creemos desde cero con el aprendizaje, el entendimiento y el sentido común por bandera, de poco me sirve mi Liberté, Egalité y Fraternité, si al final sudo sangre por llegar a fin de mes y no puedo elegir lo que deseo ver en la televisión.
Continuará...
lunes, 20 de septiembre de 2010
Tres Enfados (1ª parte)
Muchos se preguntan por qué existen los antisistema, por qué hay quien arremete contra instituciones basadas en el poder del ciudadano, de por qué desean acabar con el mundo que conocemos. Conforme uno crece, se va dando cuenta de que algo de razón tienen. No en la forma de actuar, no en los eslóganes programados que vomitan, sino en que el sistema tiene algo mal. Es como un hombre testarudo al que le duele la espalda, pero que nunca va al médico.
Al sistema le duele la educación, la democracia y comienza a ser senil. Pero es demasiado terco como para pedir ayuda, confiando en que sus viejos huesos se curen solos.
Le duele la educación, un sistema donde lo único que se premia desde párvulos hasta la cátedra es la mera memoria, el repetir como un loro lo que nos enseñan. ¿Qué nos enseñan? Datos, reglas, fórmulas, quién escribió qué. Nunca el por qué, nunca el para qué, nunca el para con quién.
¿Por qué hay que saber el Teorema de Pitágoras? ¿Por qué tengo que saber lo que son las funciones lineales? ¿Por qué tengo que aprenderme lo que es la transición demográfica? ¿Para qué necesito saber quién fue Kant, Cervantes o Dostoievsky? ¿Qué es la Teoría de Juegos?
Para aprobar el examen.
El 99% de los estudiantes no lo sabe. Simplemente lo estudian, lo memorizan y lo sueltan en el examen, rezando por que aprueben, traer buenas notas y ganar un diploma que les permitirá repartir periódicos en el metro. Si soy el único que cree que algo falla aquí, por favor, comuníquenmelo.
El sistema educativo solo busca que la gente memorice cosas, no que las sepa aplicar o para qué fueron creadas. Pitágoras enunció su teorema, pero los egipcios ya lo usaban para delimitar sus cultivos, de donde aparecieron los primeros indicios de cálculo integral, usado para clasificar y ordenar datos, además de la ciencia estadística.
Las funciones lineales son la representación abstracta de cualquier proceso en el tiempo y en el espacio, sea cual sea su naturaleza.
La transición demográfica te dice por qué eres más alto que tu padre, y éste más alto que tu abuelo. También explica por qué la gente se muere de hambre en el mundo y por qué nunca hay que dar dinero a las ONGs. Nos enseña el por qué de la existencia de los supermercados, por qué tenemos autopistas de tres carriles en vez de calzadas de piedra y por qué los chinos en China solo pueden tener un hijo.
Lo que escribieron esos tres personajes solo sirve para tener una referencia de quién son los clásicos y a quién hay que leer para tener una mente capaz de expresarse con claridad y sin faltas de ortografía, pues la comunicación es esencial. También enseñan cosas sobre el pensamiento humano, sobre que hay cosas más allá de las que estamos acostumbrados a pensar, que hay límites para la imaginación y que la locura la padecemos todos. Conocimiento universal en este mundo plagado de personas.
¿Y esto acaso lo ha dicho algún profesor? No, nunca.
¿Por qué Kant escribió esto? Como nadie hace la pregunta en su momento, el profesor ni siquiera está capacitado para responderla. Su respuesta sería: "qué más da, tú apréndetelo, que queda una semana para el examen y tienes que aprobar, porque si suspendes es malo".
Todos hemos de aprobar cosas, superar pruebas, recitar de memorieta el año del descubrimiento de América, la invención de la impreta y la máquina de vapor. Nadie nos enseña por qué se crearon, qué pasaba en esa época en lugares distantes del mundo y por qué el pasado repercute en el futuro. Solo hemos de saber que Felipe VII va después de Carlos IV y que Hitler era malvado. ¿Algún libro de bachillerato acaso cuenta por qué Hitler subió al poder, o siquiera cuál era su discurso político? ¿Acaso alguien enseña por qué existía el arte románico y fue sucedido por el gótico? No, simplemente tienes que saber que Hitler fue un dictador alemán, que el románico consistía en iglesias pequeñas y oscuras, que el gótico tenía arcos altos y acabados en punta junto con bellos rosetones de colorines.
No enseñan que el románico era pequeño y lúgubre porque la gente vivía en aldeas explotada por señores feudales y que no tenían esperanza alguna de salir de aquella situación, que si naces campesino te jodías y morías campesino, y tus hijos, y sus hijos y así hasta el fin de los tiempos. Joder, nadie te enseña que esa gente estaba deprimida y era pobre, y que por eso tenían miedo de Dios y sus puñeteras iglesias eran tristes como la muerte de un gatito.
Pero tampoco enseñan por qué de repente aparece el gótico. Yo os lo contaré: el dinero comenzó a valor algo, y el clero junto a los nobles tenían en qué gastarlo: en adorar a Dios. La vida es rosa, así que le haremos una gran catedral llena de luz y color, que se oiga la música de los coros, que los fieles se queden pasmados ante la grandiosidad y la generosidad del Señor. Por eso el gótico era diferente: porque tenían dinero y toda la felicidad que éste puede comprar.
¿Acaso lo enseñan? Y una mierda. Esa clase de cosas hay que averiguarlas por uno mismo, deteniéndose a pensar en las consecuencias de un cambio socio-económico en la Edad Media. ¿Qué cambio se enseña en clase? Que Pepito V sucedió a Juanito III. Ponlo correctamente en el examen y tendrás una buena nota. ¡Felicidades! Te has ganado una palmadita en la espalda si eres pobre y una Playstation si eres rico.
Este es el asco al que hay que estar sometido durante veinte años, durante los mejores veinte años de nuestras vidas. Después da gracias que logras trabajar de becario hasta los 30 y puedes permitirte ver la tele de 9 a 11 todas las tardes en el sofá de tu casa hipotecada.
Y un huevo. El ser humano no está hecho para esca clase de escoria, este sistema autocomplaciente donde la media de coeficiente intelectual es 100 y nadie se da cuenta que están llamando retrasados a la mitad de la población, aunque se lo merezcan.
Sabemos de lo que somos capaces. Hay individuos que se ganan la vida investigándolo, descubriendo facetas nuevas del cerebro y su funcionamiento. Un hombre no tiene que memorizar datos, para eso están los libros. Para eso precisamente fueron inventados, para no tener que memorizar esta clase de escoria. Yo no soy un almacén de datos andante, soy un ser humano. Tengo un intelecto que deseo usar, al cual confío darle el mejor uso posible para la obtención de mi felicidad y de aquellos que me acompañan en la vida. No entiendo por qué tengo que terminar este sistema educativo, especializarme en una serie de disciplinas repetitivas y desempeñar un mismo trabajo hasta el día de mi muerte.
Uno ha de ser capaz de saber qué herramientas usar en cada situación, y ahora que tenemos TODA la información del universo conocido disponible en la palma de la mano, ¿a qué está esperando el sistema?
Un hombre ha de ser capaz de llevar la contabilidad de su hogar, calcular una hipoteca, resolver un problema matemático que incluya la velocidad de varios aviones, escribir sin faltas de ortografía, leer y disfrutar un buen libro, pintar en sus ratos libres, cantar en la ducha y crear chistes al instante. La especialización es para los insectos. Yo soy un mamífero y supuestamente he heredado el universo, así que tengo derecho a hacer lo que me plazca mientras use mi cabeza para todo.
Repita conmigo:
No soy un insecto.
No soy un insecto.
No soy un insecto.
Tómese una pausa, respire. Repítalo cuantas veces haga falta, sin prisa.
Y bien, si ahora no lo ha hecho porque posee cierto escepticismo, felicidades: si duda es que tiene un indicio de que hay algo en su cabeza que funciona de un modo distinto al de los insectos.
¿Lo va entendiendo?
Continuará...
Al sistema le duele la educación, la democracia y comienza a ser senil. Pero es demasiado terco como para pedir ayuda, confiando en que sus viejos huesos se curen solos.
Le duele la educación, un sistema donde lo único que se premia desde párvulos hasta la cátedra es la mera memoria, el repetir como un loro lo que nos enseñan. ¿Qué nos enseñan? Datos, reglas, fórmulas, quién escribió qué. Nunca el por qué, nunca el para qué, nunca el para con quién.
¿Por qué hay que saber el Teorema de Pitágoras? ¿Por qué tengo que saber lo que son las funciones lineales? ¿Por qué tengo que aprenderme lo que es la transición demográfica? ¿Para qué necesito saber quién fue Kant, Cervantes o Dostoievsky? ¿Qué es la Teoría de Juegos?
Para aprobar el examen.
El 99% de los estudiantes no lo sabe. Simplemente lo estudian, lo memorizan y lo sueltan en el examen, rezando por que aprueben, traer buenas notas y ganar un diploma que les permitirá repartir periódicos en el metro. Si soy el único que cree que algo falla aquí, por favor, comuníquenmelo.
El sistema educativo solo busca que la gente memorice cosas, no que las sepa aplicar o para qué fueron creadas. Pitágoras enunció su teorema, pero los egipcios ya lo usaban para delimitar sus cultivos, de donde aparecieron los primeros indicios de cálculo integral, usado para clasificar y ordenar datos, además de la ciencia estadística.
Las funciones lineales son la representación abstracta de cualquier proceso en el tiempo y en el espacio, sea cual sea su naturaleza.
La transición demográfica te dice por qué eres más alto que tu padre, y éste más alto que tu abuelo. También explica por qué la gente se muere de hambre en el mundo y por qué nunca hay que dar dinero a las ONGs. Nos enseña el por qué de la existencia de los supermercados, por qué tenemos autopistas de tres carriles en vez de calzadas de piedra y por qué los chinos en China solo pueden tener un hijo.
Lo que escribieron esos tres personajes solo sirve para tener una referencia de quién son los clásicos y a quién hay que leer para tener una mente capaz de expresarse con claridad y sin faltas de ortografía, pues la comunicación es esencial. También enseñan cosas sobre el pensamiento humano, sobre que hay cosas más allá de las que estamos acostumbrados a pensar, que hay límites para la imaginación y que la locura la padecemos todos. Conocimiento universal en este mundo plagado de personas.
¿Y esto acaso lo ha dicho algún profesor? No, nunca.
¿Por qué Kant escribió esto? Como nadie hace la pregunta en su momento, el profesor ni siquiera está capacitado para responderla. Su respuesta sería: "qué más da, tú apréndetelo, que queda una semana para el examen y tienes que aprobar, porque si suspendes es malo".
Todos hemos de aprobar cosas, superar pruebas, recitar de memorieta el año del descubrimiento de América, la invención de la impreta y la máquina de vapor. Nadie nos enseña por qué se crearon, qué pasaba en esa época en lugares distantes del mundo y por qué el pasado repercute en el futuro. Solo hemos de saber que Felipe VII va después de Carlos IV y que Hitler era malvado. ¿Algún libro de bachillerato acaso cuenta por qué Hitler subió al poder, o siquiera cuál era su discurso político? ¿Acaso alguien enseña por qué existía el arte románico y fue sucedido por el gótico? No, simplemente tienes que saber que Hitler fue un dictador alemán, que el románico consistía en iglesias pequeñas y oscuras, que el gótico tenía arcos altos y acabados en punta junto con bellos rosetones de colorines.
No enseñan que el románico era pequeño y lúgubre porque la gente vivía en aldeas explotada por señores feudales y que no tenían esperanza alguna de salir de aquella situación, que si naces campesino te jodías y morías campesino, y tus hijos, y sus hijos y así hasta el fin de los tiempos. Joder, nadie te enseña que esa gente estaba deprimida y era pobre, y que por eso tenían miedo de Dios y sus puñeteras iglesias eran tristes como la muerte de un gatito.
Pero tampoco enseñan por qué de repente aparece el gótico. Yo os lo contaré: el dinero comenzó a valor algo, y el clero junto a los nobles tenían en qué gastarlo: en adorar a Dios. La vida es rosa, así que le haremos una gran catedral llena de luz y color, que se oiga la música de los coros, que los fieles se queden pasmados ante la grandiosidad y la generosidad del Señor. Por eso el gótico era diferente: porque tenían dinero y toda la felicidad que éste puede comprar.
¿Acaso lo enseñan? Y una mierda. Esa clase de cosas hay que averiguarlas por uno mismo, deteniéndose a pensar en las consecuencias de un cambio socio-económico en la Edad Media. ¿Qué cambio se enseña en clase? Que Pepito V sucedió a Juanito III. Ponlo correctamente en el examen y tendrás una buena nota. ¡Felicidades! Te has ganado una palmadita en la espalda si eres pobre y una Playstation si eres rico.
Este es el asco al que hay que estar sometido durante veinte años, durante los mejores veinte años de nuestras vidas. Después da gracias que logras trabajar de becario hasta los 30 y puedes permitirte ver la tele de 9 a 11 todas las tardes en el sofá de tu casa hipotecada.
Y un huevo. El ser humano no está hecho para esca clase de escoria, este sistema autocomplaciente donde la media de coeficiente intelectual es 100 y nadie se da cuenta que están llamando retrasados a la mitad de la población, aunque se lo merezcan.
Sabemos de lo que somos capaces. Hay individuos que se ganan la vida investigándolo, descubriendo facetas nuevas del cerebro y su funcionamiento. Un hombre no tiene que memorizar datos, para eso están los libros. Para eso precisamente fueron inventados, para no tener que memorizar esta clase de escoria. Yo no soy un almacén de datos andante, soy un ser humano. Tengo un intelecto que deseo usar, al cual confío darle el mejor uso posible para la obtención de mi felicidad y de aquellos que me acompañan en la vida. No entiendo por qué tengo que terminar este sistema educativo, especializarme en una serie de disciplinas repetitivas y desempeñar un mismo trabajo hasta el día de mi muerte.
Uno ha de ser capaz de saber qué herramientas usar en cada situación, y ahora que tenemos TODA la información del universo conocido disponible en la palma de la mano, ¿a qué está esperando el sistema?
Un hombre ha de ser capaz de llevar la contabilidad de su hogar, calcular una hipoteca, resolver un problema matemático que incluya la velocidad de varios aviones, escribir sin faltas de ortografía, leer y disfrutar un buen libro, pintar en sus ratos libres, cantar en la ducha y crear chistes al instante. La especialización es para los insectos. Yo soy un mamífero y supuestamente he heredado el universo, así que tengo derecho a hacer lo que me plazca mientras use mi cabeza para todo.
Repita conmigo:
No soy un insecto.
No soy un insecto.
No soy un insecto.
Tómese una pausa, respire. Repítalo cuantas veces haga falta, sin prisa.
Y bien, si ahora no lo ha hecho porque posee cierto escepticismo, felicidades: si duda es que tiene un indicio de que hay algo en su cabeza que funciona de un modo distinto al de los insectos.
¿Lo va entendiendo?
Continuará...
viernes, 27 de agosto de 2010
Volver a perder el tiempo perdido
Ha pasado tiempo desde que escribí por última vez en este blog. Obviamente, no he dejado de pensar en muchas cosas, y una de ellas es en el tiempo perdido.
¿Se desperdicia realmente el tiempo si se disfruta desperdiciándolo?
Realmente no. Hay quien disfruta gastando el tiempo en hacer cosas, otros en trabajar, otros en distraerse con mil y un tipos de ocio. Pero existe cierta satisfacción en no hacer nada, en tumbarse en el sofá, mirar el techo y disfrutar del olor a verano que entra por la ventana.
Ese es el mejor momento para pensar, para no levantarse en un rato, disfrutar del paso del tiempo, de los segundos que se suman en el reloj sin que uno intente detenerlos. Lentamente avanza la aguja, girando sin parar, avanzando hacia el atardecer.
El tiempo desperdiciado se acaba cuando reaparecen los deberes, el sol se ha ido y las tareas sin hacer llaman a la puerta de la mente. Entonces es cuando me levanto y pienso en lo bien que he pasado la tarde, impaciente por desperdiciar más tiempo.
¿Se desperdicia realmente el tiempo si se disfruta desperdiciándolo?
Realmente no. Hay quien disfruta gastando el tiempo en hacer cosas, otros en trabajar, otros en distraerse con mil y un tipos de ocio. Pero existe cierta satisfacción en no hacer nada, en tumbarse en el sofá, mirar el techo y disfrutar del olor a verano que entra por la ventana.
Ese es el mejor momento para pensar, para no levantarse en un rato, disfrutar del paso del tiempo, de los segundos que se suman en el reloj sin que uno intente detenerlos. Lentamente avanza la aguja, girando sin parar, avanzando hacia el atardecer.
El tiempo desperdiciado se acaba cuando reaparecen los deberes, el sol se ha ido y las tareas sin hacer llaman a la puerta de la mente. Entonces es cuando me levanto y pienso en lo bien que he pasado la tarde, impaciente por desperdiciar más tiempo.
viernes, 25 de junio de 2010
¿Con qué sueñan las farolas?
Vuelvo a casa ya de noche y miro a los lados de la carretera, a esas metálicas estructuras que alumbran mi camino. Casualmente, pienso en la electricidad que consumen, en cómo las fabrican, en quién las pone ahí, quién las repara y cómo...
Mi mente divaga mientras pasan silenciosas. Sonrío recordando buenas bromas como un tonto, como si estuviese solo en el autobús. Pienso en mil cosas a la vez mientras una idea aflora, algún buen argumento para mis muchos escritos, reflexiones filosóficas sobre el sentido de la vida, el universo en general y el hombre en particular. Las ideas campan a sus anchas, alguna se queda y fragua una buena historia, mientras que el resto huyen muy a mi pesar, dejándome con un sabor agrio en la boca imaginaria de mi cerebro.
Mi mente no para ni un solo segundo de pensar, de barajar, recordar, imaginar. Rehago una y otra vez conceptos matemáticos, imagino cosas nuevas a partir de mi limitado conocimiento científico y social. Sé que muchas de mis ideas están descartadas, pero me gusta ser capaz de llegar a razonamientos por mí mismo. Después, cuando busco información en Internet sobre mis teorías descubro que ya ha habido más gente que ha llegado a ellas. La mezcla de la alegría con la decepción es un cóctel que deja huella.
Por un lado me alegro al saber que he sido capaz de llegar a ciertas conclusiones sin más ayuda que mis pensamientos, como por ejemplo me pasó con el Principio de Autoconsistencia de Novikov. Le di mil y un vuelta a la paradoja del abuelo, algo ya explicado anteriormente en este blog. Una vez finiquitado el pensamiento, supe que era imposible cambiar la línea temporal de un solo universo, por muchos esfuerzos que se hiciesen. Me alegré de sobremanera al descubrir que mis pensamientos eran correctos, y que, en efecto, había llegado a buen puerto.
Pero por otro lado algo se decepciona dentro de mí. No he sido el único que lo ha pensado. No he sido el primero en hacer tan maravilloso descubrimiento.
Porque hay un gran placer en descubrir pensamientos filosóficos, crear paradojas y resolverlas, plantear situaciones hipotéticas dentro de uno mismo y acabar venciendo la adversidad sin más ayuda que la reflexión y las consultas con la almohada.
Es divertido ver construirse un nuevo pensamiento, una idea que resuelva problemas que muchos buscarían en la Biblia o en Darwin. Es magnífico ver paralelismos en cosas tan distintas como la astrobiología y la economía, ver que los mismos principios rigen diferentes universos.
Todo es placer y emoción, tanto buena como mala, cuando uno afianza sus propias ideas por uno mismo. Llego a pensar incluso que la genialidad no es tener un cerebro sin igual o un talento innato, sino ser capaz de capturar todas esas ideas que vuelan dentro de la cabeza, como pájaros que han quedado atrapados en una habitación de la que no saben salir. Los genios son esas personas que caben capturar todos y cada uno de sus "n" pájaros, darles un nombre y enseñárselos al mundo. El resto solo tendremos ruido y quizá, con suerte, logremos capturar uno o dos de esos pájaros de los infinitos que tenemos.
Y sin embargo, no puedo dejar de pensar en el resto de la gente. ¿En qué piensa el resto de los seres humanos cuando viaja en autobús? ¿Piensan en sus familias, la música que escuchan, el libro que leen, ven el paisaje pasar?
Una vez vi una viñeta muy divertida. Se trataba de gente anónima sentada en el metro, y un bocadillo de pensamientos que salía de todos ellos a la vez. Todos pensaban lo mismo: "Soy la única persona consciente en este mundo de ovejas". Si todos pensamos lo mismo, ¿no somos ovejas entonces? ¿No se caracterizan a caso por eso mismo? Todos somos ovejas convencidas de que somos los únicos seres humanos lúcidos en un mundo de idiotas. Animales que saben que son animales, pero que no podemos hacer nada al respecto.
Y mientras las farolas pasan y todo esto da vueltas en mi cabeza, escapándose a las garras de mi pensamiento, revoloteando sarcásticamente para hacerme burla mientras concilio el sueño y soy demasiado perezoso para levantarme y escribir mis sueños en un simple bloc, pienso: ¿con qué sueñan las farolas?
Mi mente divaga mientras pasan silenciosas. Sonrío recordando buenas bromas como un tonto, como si estuviese solo en el autobús. Pienso en mil cosas a la vez mientras una idea aflora, algún buen argumento para mis muchos escritos, reflexiones filosóficas sobre el sentido de la vida, el universo en general y el hombre en particular. Las ideas campan a sus anchas, alguna se queda y fragua una buena historia, mientras que el resto huyen muy a mi pesar, dejándome con un sabor agrio en la boca imaginaria de mi cerebro.
Mi mente no para ni un solo segundo de pensar, de barajar, recordar, imaginar. Rehago una y otra vez conceptos matemáticos, imagino cosas nuevas a partir de mi limitado conocimiento científico y social. Sé que muchas de mis ideas están descartadas, pero me gusta ser capaz de llegar a razonamientos por mí mismo. Después, cuando busco información en Internet sobre mis teorías descubro que ya ha habido más gente que ha llegado a ellas. La mezcla de la alegría con la decepción es un cóctel que deja huella.
Por un lado me alegro al saber que he sido capaz de llegar a ciertas conclusiones sin más ayuda que mis pensamientos, como por ejemplo me pasó con el Principio de Autoconsistencia de Novikov. Le di mil y un vuelta a la paradoja del abuelo, algo ya explicado anteriormente en este blog. Una vez finiquitado el pensamiento, supe que era imposible cambiar la línea temporal de un solo universo, por muchos esfuerzos que se hiciesen. Me alegré de sobremanera al descubrir que mis pensamientos eran correctos, y que, en efecto, había llegado a buen puerto.
Pero por otro lado algo se decepciona dentro de mí. No he sido el único que lo ha pensado. No he sido el primero en hacer tan maravilloso descubrimiento.
Porque hay un gran placer en descubrir pensamientos filosóficos, crear paradojas y resolverlas, plantear situaciones hipotéticas dentro de uno mismo y acabar venciendo la adversidad sin más ayuda que la reflexión y las consultas con la almohada.
Es divertido ver construirse un nuevo pensamiento, una idea que resuelva problemas que muchos buscarían en la Biblia o en Darwin. Es magnífico ver paralelismos en cosas tan distintas como la astrobiología y la economía, ver que los mismos principios rigen diferentes universos.
Todo es placer y emoción, tanto buena como mala, cuando uno afianza sus propias ideas por uno mismo. Llego a pensar incluso que la genialidad no es tener un cerebro sin igual o un talento innato, sino ser capaz de capturar todas esas ideas que vuelan dentro de la cabeza, como pájaros que han quedado atrapados en una habitación de la que no saben salir. Los genios son esas personas que caben capturar todos y cada uno de sus "n" pájaros, darles un nombre y enseñárselos al mundo. El resto solo tendremos ruido y quizá, con suerte, logremos capturar uno o dos de esos pájaros de los infinitos que tenemos.
Y sin embargo, no puedo dejar de pensar en el resto de la gente. ¿En qué piensa el resto de los seres humanos cuando viaja en autobús? ¿Piensan en sus familias, la música que escuchan, el libro que leen, ven el paisaje pasar?
Una vez vi una viñeta muy divertida. Se trataba de gente anónima sentada en el metro, y un bocadillo de pensamientos que salía de todos ellos a la vez. Todos pensaban lo mismo: "Soy la única persona consciente en este mundo de ovejas". Si todos pensamos lo mismo, ¿no somos ovejas entonces? ¿No se caracterizan a caso por eso mismo? Todos somos ovejas convencidas de que somos los únicos seres humanos lúcidos en un mundo de idiotas. Animales que saben que son animales, pero que no podemos hacer nada al respecto.
Y mientras las farolas pasan y todo esto da vueltas en mi cabeza, escapándose a las garras de mi pensamiento, revoloteando sarcásticamente para hacerme burla mientras concilio el sueño y soy demasiado perezoso para levantarme y escribir mis sueños en un simple bloc, pienso: ¿con qué sueñan las farolas?
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